
Hace poco tuve la hermosa oportunidad de compartir una charla con los adultos solteros (mayores de 30 años de edad) de la Estaca Lima Perú – Comas. El tema que traté fue acerca del autoempleo, el ser su propio jefe.
Cuando un hermano o hermana mayor de 30 años tiene dificultades para encontrar una pareja y no ha logrado una razonable posición económica debe hacer un alto en su vida y hacer una introspección y analizar qué ha pasado con él o ella en su vida.
También nosotros, en determinado momento de nuestras vidas, debemos hacer lo mismo. Analizar por qué nos encontramos en dicha situación, qué nos ha impedido avanzar, qué ha frenado nuestro progreso.
Cualquiera que sean las razones, son cosas del pasado, que deben servirnos para aprender, para no cometer los mismos errores y deben quedar como tal. Ahora, hoy, es momento de decidir, de tomar grandes decisiones, de un cambio radical, de renovarse y emprender una nueva etapa en su vida. Una etapa diferente caracterizada por grandes metas y grandes expectativas en los diferentes aspectos de su vida: tanto espiritual como material.
Para el logro de sus metas, tiene que hacer lo que hacen los grandes: debe sacrificarse, trabajar duro quizás, esforzarse más de lo que ha hecho hasta ahora, debe mostrar una actitud positiva, una actitud ganadora; como dice el refrán “si quieres lograr cosas que nunca antes has tenido, tiene que hacer cosas que nunca has hecho”.
Por otra parte debe quedar muy claro que uno mismo es responsable de sus decisiones, de sus logros o fracasos. Uno mismo es constructor de su futuro, como muy bien nos enseña DyC 50: 27-28: “…y en esto vienen a ser sus propios agentes…”
Hermano o hermana: comparto con usted un video muy aleccionador:“La renovación del águila”, que estoy seguro le ayudará a reflexionar y dar el paso al gran cambio en su vida.
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