
¿Qué es la pobreza material?
Es la situación en que se encuentra una persona en el que no puede satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, de salud, de vivienda y de educación.
Creencias acerca de la pobreza
- Estoy condenado a la pobreza. Mis padres han sido pobres y por lo tanto también voy a ser pobre
- No existen oportunidades para salir de la pobreza
- Hay escasez de las cosas buenas de la vida
- Para que alguien sea próspero otros deben volverse pobres.
-
¿El Señor quiere que seamos pobres?
No, El Señor nos enseña que ha creado abundancia en la tierra y que podemos acceder a ella en la medida de nuestra obediencia y nuestro trabajo. Así nos enseña en DyC. 104:15-18
15 Y es mi propósito abastecer a mis santos, porque todas las cosas son mías.
16 Pero es preciso que se haga a mi propia manera; y he aquí, esta es la forma en que yo, el Señor, he decretado abastecer a mis santos, para que los pobres sean exaltados, y los ricos sean humildes.
17 Porque la tierra está llena y hay suficiente y de sobra; sí, yo preparé todas las cosas, y he concedido a los hijos de los hombres que sean sus propios agentes.
18 De manera que, si alguno toma de la abundancia que he creado, y no reparte su porción a los pobres y a los necesitados, conforme a la ley de mi evangelio, en el infierno alzará los ojos con los malvados, estando en el tormento.
Hay abundancia para todos, no hay escasez como muchos creen en el mundo, y esto incluye a los recursos, al dinero y la prosperidad.
¿Cómo puedo salir de la pobreza?
Salir de la pobreza es una cuestión de fe y de decisión, y de seguir principios correctos tanto espirituales como temporales en cuanto a la prosperidad.
Fe en el Señor, porque el Señor nos promete que si cumplimos con los mandamientos prosperaremos. Recordemos D y C 82:10, 4 Nefi 1:23, Mosíah 21:16 y las sabias enseñanzas de nuestros líderes actuales.
El presidente Gordon B. Hincley nos enseñó que: “el Señor no desea ver a su gente condenada a vivir en la pobreza… El desea que los fieles disfruten de las cosas buenas de la tierra” (“El Fondo Perpetuo para la Educación”, Liahona, julio del 2001, 67)
El Señor, en el Libro de mormón, Jacob 2:18-19 nos enseña:
18 Pero antes de buscar riquezas, buscad el reino de Dios.
19 Y después de haber logrado una esperanza en Cristo obtendréis riquezas, si la buscáis; y la buscaréis con el fin de hacer el bien: para vestir al desnudo, alimentar al hambriento, libertar al cautivo y suministrar auxilio al enfermo y al afligido.”
Decisión y acción. Mientras muchos hablan, planean y expresan sus deseos de prosperar pero sin actuar, unos pocos toman la firme decisión de cambiar sus vidas y hacen lo necesario para prosperar, y esto implica acción.
Si queremos prosperar económicamente debemos actuar, debemos tomar decisiones y poner manos a la obra. Recordemos que la “fe sin obras es muerta”. Actuemos ya en cualquiera de las dos alternativas que tenemos:
- Trabajando para otros o
- Trabajando para uno mismo, con tu empresa o como autoempleado.
El edificio del éxito se construye ladrillo tras ladrillo, día a día. Requiere disciplina, requiere cambiar nuestros hábitos por otros mejores, que nos lleven a lograr cada vez mayores cosas.
ES cuestión de pasar de la palabra a la acción. Las cosas se logran haciendo.
Hagámoslo, ya!!.
Es la situación en que se encuentra una persona en el que no puede satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, de salud, de vivienda y de educación.
Creencias acerca de la pobreza
- Estoy condenado a la pobreza. Mis padres han sido pobres y por lo tanto también voy a ser pobre
- No existen oportunidades para salir de la pobreza
- Hay escasez de las cosas buenas de la vida
- Para que alguien sea próspero otros deben volverse pobres.
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¿El Señor quiere que seamos pobres?
No, El Señor nos enseña que ha creado abundancia en la tierra y que podemos acceder a ella en la medida de nuestra obediencia y nuestro trabajo. Así nos enseña en DyC. 104:15-18
15 Y es mi propósito abastecer a mis santos, porque todas las cosas son mías.
16 Pero es preciso que se haga a mi propia manera; y he aquí, esta es la forma en que yo, el Señor, he decretado abastecer a mis santos, para que los pobres sean exaltados, y los ricos sean humildes.
17 Porque la tierra está llena y hay suficiente y de sobra; sí, yo preparé todas las cosas, y he concedido a los hijos de los hombres que sean sus propios agentes.
18 De manera que, si alguno toma de la abundancia que he creado, y no reparte su porción a los pobres y a los necesitados, conforme a la ley de mi evangelio, en el infierno alzará los ojos con los malvados, estando en el tormento.
Hay abundancia para todos, no hay escasez como muchos creen en el mundo, y esto incluye a los recursos, al dinero y la prosperidad.
¿Cómo puedo salir de la pobreza?
Salir de la pobreza es una cuestión de fe y de decisión, y de seguir principios correctos tanto espirituales como temporales en cuanto a la prosperidad.
Fe en el Señor, porque el Señor nos promete que si cumplimos con los mandamientos prosperaremos. Recordemos D y C 82:10, 4 Nefi 1:23, Mosíah 21:16 y las sabias enseñanzas de nuestros líderes actuales.
El presidente Gordon B. Hincley nos enseñó que: “el Señor no desea ver a su gente condenada a vivir en la pobreza… El desea que los fieles disfruten de las cosas buenas de la tierra” (“El Fondo Perpetuo para la Educación”, Liahona, julio del 2001, 67)
El Señor, en el Libro de mormón, Jacob 2:18-19 nos enseña:
18 Pero antes de buscar riquezas, buscad el reino de Dios.
19 Y después de haber logrado una esperanza en Cristo obtendréis riquezas, si la buscáis; y la buscaréis con el fin de hacer el bien: para vestir al desnudo, alimentar al hambriento, libertar al cautivo y suministrar auxilio al enfermo y al afligido.”
Decisión y acción. Mientras muchos hablan, planean y expresan sus deseos de prosperar pero sin actuar, unos pocos toman la firme decisión de cambiar sus vidas y hacen lo necesario para prosperar, y esto implica acción.
Si queremos prosperar económicamente debemos actuar, debemos tomar decisiones y poner manos a la obra. Recordemos que la “fe sin obras es muerta”. Actuemos ya en cualquiera de las dos alternativas que tenemos:
- Trabajando para otros o
- Trabajando para uno mismo, con tu empresa o como autoempleado.
El edificio del éxito se construye ladrillo tras ladrillo, día a día. Requiere disciplina, requiere cambiar nuestros hábitos por otros mejores, que nos lleven a lograr cada vez mayores cosas.
ES cuestión de pasar de la palabra a la acción. Las cosas se logran haciendo.
Hagámoslo, ya!!.
Seguir principios correctos. Si queremos lograr la vida eterna lo conseguiremos siguiendo los principios de nuestro Evangelio, el asunto es simple, seguir dichos principios.
De igual manera, la prosperidad también se logra siguiendo determinados principios que debemos conocer. En los siguientes artículos te haré conocer dichos principios, tanto para hacer empresa como para desarrollarte como dependiente.
El Señor nos ofrece prosperidad no pobreza
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