“La autosuficiencia es asumir la responsabilidad de muestro propio bienestar espiritual y temporal y la de aquellos que el Padre Celestial ha confiado a nuestro cuidado. Sólo cuando seamos autosuficientes podemos en verdad emular al Salvador al servir y bendecir a los demás”. Elder Robert D. Hales (Principios Básicos sobre Bienestar y Autosuficiencia. 2009).
Ser autosuficientes es desarrollar la capacidad para autosostenernos material y espiritualmente.
Con respecto a la autosuficiencia material y económica es muy importante que logremos una estabilidad y posición que nos permita satisfacer nuestras necesidades materiales y las de nuestra familia, y además poder ayudar y servir a nuestros semejantes.
Para asegurar su economía, la gran mayoría ha decidido trabajar para otros. Al hacerlo así, su estabilidad, sus remuneraciones y sus posibilidades de progreso se sujetan a las decisiones de los dueños o gerentes de la empresa. Dependen de la empresa.
Y es cierto, apreciado querido hermano o hermana. Muchas veces nos conformamos y decimos: “a pesar que no me pagan más, sigo en el trabajo, si bien me pagan poco pero es seguro”. Y así permanecemos año tras año, esperando una jubilación que sabemos será menor al sueldo que uno recibe.
Ante ello, tenemos una buena alternativa: trabajar para uno mismo a través de un negocio propio. Si desarrollamos un negocio propio, podemos tener mayor autonomía y lograr un gran progreso material.
Beneficios de ser tener su propio negocio
- Podrás tener mayor autonomía e independencia
- Podrás manejar mejor tu tiempo, aunque al principio no es tanto así, pues debes dedicar tiempo a tu proyecto de negocio. Después de sembrar cosecharás.
- En la medida de tu preparación y capacidad emprendedora podrás ganar el dinero que tu quieras, y quizás mucho más.
- Podrás dedicarle más tiempo a la Iglesia
- Podrás disponer de más tiempo para servir a los demás.
- Podrás disponer de más tiempo a tu familia
- Podrías trabajar con tu familia
- Podrás estar más cerca de tu familia
Por lo general al pensar en hacer empresa, un gran problema que debemos enfrentar es nuestra resistencia a tomar la decisión. Esto es comprensible, pues surge el fantasma del temor al fracaso. En realidad esta mentalidad es el resultado de nuestra educación, hemos recibido tanto en la escuela como en nuestro hogar una formación para ser dependientes.
Hace varios meses se realizó una capacitación para líderes en Lima, y allí se enseñó con toda claridad: “procuremos hacer empresa con la profesión, oficio o técnica que sepamoss o dominemos”.
Es decir, “estudia una profesión o aprende un oficio o técnica y apuntar a hacer empresa con ella en el futuro”.
Es cuestión de decisión, disciplina, perseverancia, preparación y de estrategia. Para no arriesgar tu empleo actual, puedes empezar poco a poco, desde cero, en forma paralela a tu trabajo dependiente. Hazlo con el apoyo de tu familia. Conforme vayas avanzando y creciendo tu negocio llegará un momento en que el mismo te señalará el momento en que debes dejar tu trabajo y dedicarte a tu propio negocio.
Le aseguro que vale la pena. Atrévete a hacerlo y pide la guia e inspiración de Nuestro Padre Celestial.
Si deseas mayor información o deseas hacer una consulta, puede escríbirme a gustavo.samaniego@yahoo.com